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Una adecuada gestión de los servicios del ciclo del agua está indisolublemente unida a su reutilización. Es imprescindible para administrar de forma sostenible las reservas disponibles. También para afrontar desafíos como las sequías o el estrés hídrico que se prevé que aumente en los próximos años como consecuencia del cambio climático, sobre todo en países como España, con zonas donde este recurso tiende a ser escaso (Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España. MITECO, 2021).
Esta circunstancia perjudica no sólo a las personas y su acceso a agua potable o a la alimentación, como un derecho humano, sino también a actividades tan importantes para la economía de nuestro país como es la agricultura. Y es que España podría estar entre los 33 países del mundo con mayor estrés hídrico en 2040 (‘Projected Water Stress Country Rankings’. World Resources Institute. 2015).
Pero existen soluciones. Reverdecer nuestra economía pasa, por tanto, por la reutilización de aguas residuales -aquellas que han tenido un uso municipal o industrial- así como por el aprovechamiento del agua de lluvia o una buena gestión de episodios de precipitaciones torrenciales (AEDyR). La innovación y la tecnología, como la Inteligencia Artificial (IA) y el concepto de la ciudad conectada o ‘Smart city’ contribuyen con grandes soluciones a esta tendencia (‘El sector del abastecimiento y saneamiento urbano en España’ del Instituto IMDEA Agua. Fundación Canal, 2017).
La economía circular aplicada al ciclo del agua genera, además, riqueza y empleo. En torno a esta necesidad, asistimos al crecimiento de empresas dedicadas a la innovación en este campo, especializadas en la reutilización para colaborar con los servicios municipales a acometer este tipo de gestión o a la construcción de las infraestructuras que este desafío requiere. Y, con ello, el aumento de la especialización de profesionales y, por tanto, de un nuevo nicho de empleo.
España está en primera línea en este aspecto. Es la primera potencia europea en reutilización del agua. En 2006 representó aproximadamente un tercio del volumen total reutilizado en la UE (Comisión Europea, 2015). De hecho, la propia Unión Europea se ha implicado mucho en esta cuestión y en 2020 publicó un nuevo Reglamento relativo a la reutilización del agua (BOE. Junio 2020).
La cooperación público-privada se impone es este campo, así como la concienciación de la ciudadanía para que colabore en la utilización consciente y responsable de este recurso, necesario para la vida, en la ciudad y en el campo, de las personas, de las plantas, de los animales, así como de tantos sectores productivos que intervienen en la economía del país. La planificación y la réplica de buenas prácticas es fundamental para lograr entre todos gestionar este desafío.
El planeta Tierra es verde y azul y para conservarlo tal como es debemos gestionar de manera sostenible este recurso tan preciado como es el agua, garantía de salud y desarrollo.
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