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Según Naciones Unidas, el planeta avanza hacia un calentamiento de 2,5 grados centígrados para finales de siglo, muy por encima de los 1,5 grados marcados como objetivo máximo establecidos en el Acuerdo de París de 2015. Si queremos cumplir dicho objetivo, esta década será decisiva. Para ello tendremos que contar con políticas ambiciosas de mitigación del cambio climático y adaptación al mismo, tanto por la necesidad de abordar el reto ambiental como por su elevada capacidad de generación de empleo. La digitalización, las tecnologías limpias y la economía circular, entre otras, brindan multitud de oportunidades en este sentido que debemos aprovechar. El sector ambiental en la Unión Europea, en crecimiento desde el año 2000, representaba en 2017 el 2,2% del PIB y 4,2 millones de empleos. De forma global, el empleo ambiental se concentra:
- principalmente en la gestión de la energía (con un 35%),
- seguido de la gestión de residuos (con un 28%),
- protección del medio ambiente (con un 21%) y
- gestión de las aguas residuales (con un 13%).
Además, según la Comisión Europea, si incluimos el empleo indirecto en sectores que fabrican bienes para la industria ambiental, la agricultura o el ecoturismo, el número de empleos se eleva hasta los 20 millones, el 5% de la población activa.
Las inversiones en mitigación del cambio climático y adaptación al mismo, tienen que desempeñar un papel fundamental. Así, las energías renovables en 2019 dieron empleo, directa o indirectamente, a más de 11 millones de personas en el mundo, con una tendencia al alza, según estima la Agencia Internacional para la Energía Renovable. En España, el sector renovable daba empleo en 2020 a más de 90.000 personas, según su patronal. Y si atendemos a la previsión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, el cumplimiento de los objetivos climáticos generará un aumento neto de un cuarto de millón de personas empleadas por año, tanto en energías renovables como en comercio, industria y construcción.
Más allá del sector energético, la movilidad sostenible generará empleo en medios de transporte más eficientes como el ferrocarril, el transporte colectivo y/o público, la prestación de servicios de movilidad y en nuevos negocios ligados a la movilidad como el carsharing o la bicicleta. La Organización Internacional del Trabajo prevé que el uso de los servicios de transporte públicos de viajeros y del transporte de mercancías aumentará la generación de empleo en el sector. Según estas previsiones, la electrificación en Europa y hasta 2050 del 50% del nuevo parque de vehículos podría suponer unos 600.000 nuevos empleos solo en el sector del trasporte y hasta 2,9 millones teniendo en cuenta el empleo indirecto en otros sectores.
Otras medidas de adaptación al cambio climático pueden generar muchos empleos adicionales para 2050. Por ejemplo: la Comisión Europea propone una estrategia forestal que incluye la plantación de al menos 3.000 millones de árboles para 2030 y cuyo desarrollo en España podría crear miles de puestos de trabajo.
Todas estas oportunidades requieren de un elemento esencial para su aprovechamiento: la disponibilidad de mano de obra cualificada. Y, para ello, habrá que trabajar en dos líneas: por una parte, en la formación de jóvenes en estas disciplinas; por otra, y muy fundamentalmente, en el reciclaje de profesionales con experiencia desde sectores intensivos en carbono hacia aquellos que no lo son.
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