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La emisión de gases de efecto invernadero, responsable del cambio climático, puede provenir de diferentes fuentes, siendo la principal la quema de combustibles fósiles, que en España es responsable de la liberación de 253 millones de toneladas de CO2 equivalentes al año de un total de 334, es decir, del 75% (MITECO, marzo 2020), un porcentaje similar al de Estados Unidos (EIA). Para limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados centígrados con respecto a niveles preindustriales, como se consensuó en el Acuerdo de París, es necesario descarbonizar y electrificar la economía y usar fuentes renovables y limpias para generar energía.
Sin embargo, todos los expertos coinciden en que no es suficiente sustituir unas energías por otras, es asimismo fundamental reducir su consumo, ahorrar y aprender a hacer un uso eficiente de las mismas. Una tarea que implica a muchos ámbitos y sectores: la industria, la construcción y la rehabilitación de los edificios, el transporte, la agricultura, la climatización en general… Esta realidad ha hecho que la eficiencia energética se haya convertido en una de las grandes bazas de crecimiento de la economía verde. Mitiga las causas del cambio climático, facilita la adaptación a sus efectos y a la vez genera riqueza, negocio y empleos, además de abaratar la factura eléctrica.
De hecho, en España, las inversiones en ahorro y eficiencia energética derivadas de poner en marcha el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 generarían entre 52.000 y 100.000 empleos al año. Asimismo, el Gobierno prevé que, tanto por las inversiones previstas en todo el Plan, como por el mayor ahorro y eficiencia energética previstas y la menor importación de combustibles fósiles, el Producto Interior Bruto aumentará entre 16.500 y 25.700 millones de euros (MITECO, Enero 2020).
Por eso, además de sustituir combustibles fósiles por renovables hay que aumentar la inversión en eficiencia energética. El sector de los edificios y el de la construcción produjeron juntos en 2020 el 38% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía a nivel mundial (‘Informe del estatus mundial de edificios y construcción’. GlobalABC. PNUMA, 2020). La rehabilitación también es importante. En la Unión Europea los edificios son responsables del 40% del consumo energético donde alrededor del 75% del parque inmobiliario es ineficiente (Comisión Europea, 2020).
Por otro lado, es importante fomentar un cambio generalizado en las pautas de consumo. Para el conjunto de la Unión Europea, sólo en calefacción, si se disminuyera 1 grado centígrado el termostato se podría conseguir un ahorro de 22 millones de toneladas de CO2 mientras que si se programara la temperatura en franjas horarias se ahorrarían hasta 11 millones de toneladas de CO2. De la misma manera, si se ventilara bien, todo al mismo tiempo, con las ventanas bien abiertas y por un corto período de tiempo el potencial de ahorro sería de 43 millones de toneladas de CO2 (Behavioural Climate Change Mitigation Options. Domain Report Housing’. Comisión Europea, 2012).
A nivel individual, el Instituto para la Diversificación de Ahorro y Energía, IDAE, ofrece también valiosos consejos para ahorrar energía y dinero y cuidar del medio ambiente al mismo tiempo en su ‘Guía Práctica de la Energía. Consumo Eficiente y Responsable’ (IDAE). Este documento abarca además tanto el consumo del hogar (electricidad, instalaciones de calefacción y agua caliente o electrodomésticos) como los del coche o el que puede suponer la gestión de los residuos en la ciudad. Asimismo, el IDAE ofrece un curso online de solo dos horas y gratuito para aprender ahorrar energía (Plataforma e-learning del IDAE). Y es que sin duda hay pequeños detalles que pueden hacer mucho. Por ejemplo, en viviendas, un portátil gasta un 50% menos de energía que un ordenador de sobremesa; un electrodoméstico de clase G puede consumir hasta tres veces más energía que uno de clase A; cada grado más de calefacción, incrementa el consumo de energía alrededor de un 7%. Y en el transporte, pasar con un coche diésel de 120 a 140 km/h supone un aumento del consumo del 24,8%, en uno de gasolina, del 35%. El próximo 5 de marzo se celebra el Día Internacional de la Eficiencia Energética, reducir nuestro consumo de energía y mejorar el uso que hacemos de ella repercute en beneficios para el medio ambiente, para nuestro bolsillo y, en el caso concreto de España, es vital para reducir nuestra dependencia energética del exterior.
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