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La reforestación es una potente herramienta de mitigación del cambio climático. Los bosques reducen la cantidad de CO2 presente en la atmósfera. La vegetación lo capta durante la fotosíntesis y lo fija en sus tejidos, hojas y raíces, devolviendo oxígeno al ambiente. Además, contribuye a regenerar la tierra y a aumentar la cantidad de nutrientes en el suelo. Es un arma contra la desertificación y una lanza a favor de la biodiversidad.
Es cierto que la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas o carbón) es responsable de dos tercios de las emisiones de este gas de efecto invernadero (GEI), denominado así porque retiene en la atmósfera el calor que refleja la Tierra cuando lo recibe del Sol con la consecuente subida de temperatura. Sin embargo, la deforestación, la destrucción de bosques para dedicar esos terrenos a otros usos, también tiene su parte de responsabilidad, ya que supone más del 20% de las emisiones mundiales de estos gases.
Es decir, que los bosques son esenciales en la mitigación del cambio climático porque actúan como sumideros de carbono. Para hacernos una idea, en España, el potencial de absorción de CO2 por actividades LULUCF entre 2008 y 2012 se estimó en un 2%. LULUCF son las siglas que corresponden a Land Use, Land Use Change and Forestry o lo que es lo mismo: uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y selvicultura (MITECO).
De cara al futuro, las propuestas del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) en sumideros forestales y agrícolas generarían unas absorciones adicionales de 0,96 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2030 respecto al escenario tendencial (0,78 millones en sumideros forestales y 0,18 millones en sumideros agrícolas) (PNIEC).
Para los sumideros exclusivamente forestales, el PNIEC propone la regeneración de sistemas adehesados; el fomento de choperas -por ser una especie adecuada para zonas de inundación- y especies autóctonas en sustitución de cultivos agrícolas en zonas inundables; la creación de superficies forestadas arboladas; la ejecución de labores silvícolas para prevención de incendios forestales; el pastoreo controlado en áreas estratégicas para la prevención de incendios forestales y la recuperación de la estabilidad y fertilidad de los suelos, entre otros.
Pero, además de mejorar la calidad del aire, la vegetación tiene un papel vital en el ciclo del agua, y, por tanto, en la disposición de recursos hídricos: a medida que absorben CO2 de la atmósfera liberan el agua que captan del suelo. Al hacerlo también influyen en el clima, porque enfrían la superficie del terreno (Universidad de Columbia. Abril, 2018).
Uno de los grandes casos de éxito de la reforestación en España es la de Sierra Espuña, en Murcia (Región de Murcia. Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente), a finales del siglo pasado de la mano del ingeniero Ricardo Codorníu. Una tarea que duró doce años y que se realizó con unos esfuerzos ingentes dados los medios que tenían en comparación con los que contamos hoy. El éxito fue, y sigue siendo tal, que en 1931 la zona se declaró Sitio de Interés Nacional. Otro ejemplo similar de repoblación forestal de éxito es el de los Montes de Málaga, ahora Parque Natural.
Además de los planes de reforestación que ponen en marcha las distintas administraciones, en España hay varias organizaciones que se dedican a tareas de reforestación y que logran hacerlo a través de voluntariado o de colaboraciones con empresas. Es el caso de ARBA, PlantaArboles o Reforesta, que actualmente trabaja, entre otros proyectos, en la reforestación de la vía pecuaria Cordel de la Asperilla, una zona amenazada por la desertificación que se localiza en Villamanrique de Tajo, en el sureste de Madrid. Se propone recuperar la cubierta vegetal de las lindes sembrando 5.000 semillas y plantando 1.000 arbustos y árboles de especies autóctonas como encina, coscoja, sabina, espino negro, salado, retama de bolas, taray y pítano.
Una vez reforestada una zona, es imprescindible según los expertos que siga gestionada por profesionales y que se vele por su cuidado y mantenimiento.
Los bosques son garantía de salud y riqueza, cuidémoslos.
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