¡Príngate! Lávate bien las manos

¡Prepárate para el lavado de manos más pringoso de tu vida!

Ahora que tenemos tiempo para estar en casa te proponemos un juego para comprobar si te lavas las manos correctamente. Es muy sencillo. Solo necesitas un lavabo y pintura de dedos. Cuanto más intenso sea el color mejor, por ejemplo azul o morado.

Coge una porción de pintura de dedos equivalente a un chorrito de jabón de manos. Ponte sobre un lavabo para evitar manchar mucho pero no es necesario que abras grifo hasta haber terminado. Con la pintura en la palma de tu mano, úsala como si fuera jabón de manos y lávate con detenimiento.

  • Frota primero mano contra mano, por encima y por debajo.
  • Frota también entre los dedos, entrelazando las manos.
  • Limpia las uñas y los nudillos frotando en la palma de mano contraria.
  • No olvides los pulgares. Lávalos bien, de arriba abajo y todo alrededor, con la mano contraria.
  • Ahora le toca a las yemas de los dedos frotando, de nuevo, en la palma de mano contraria.
  • Frota bien las muñecas.

Comprueba el resultado al finalizar. ¿Cómo han quedado tus manos, tus dedos, tus uñas? Si lo has hecho bien, debería parecer que te has puesto unos guantes que cubren completamente tus manos.

En este enlace te mostramos cómo deberías haberlo hecho y cuál debe ser el resultado. Si lo has hecho bien, perfecto; si no lo has hecho bien lávate con agua y jabón y vuelve a empezar.

¿Qué evitamos con un buen lavado de manos?

Te lo explicamos científicamente, tal vez sirva para tus tareas online de Secundaria o Bachillerato. Y no olvides que en nuestra web tienes infinidad de recursos interactivos que relacionan el agua con materias como la biología, la química, la física,…

Pero vamos a lo que vamos. Las moléculas de los jabones se asemejan a los polos de un imán, tienen un extremo afín al agua y otro extremo afín a las grasas. Eso hace que sean capaces de encapsular la suciedad de la piel, sobre todo grasa, y solubilizarla fácilmente en el agua. Por lo tanto, gracias a su composición son capaces de limpiar.

Pero no solo eso. Los jabones también son capaces de acabar con la mayoría de los microorganismos patógenos porque rompen su envoltura externa que suele estar hecha de lípidos.

Eso es lo que ocurre con el coronavirus. Fíjate en el dibujo. La cubierta del virus se siente atraída por las moléculas de jabón que atraen a la grasa, lo que hace que su cubierta se rompa. Y el interior del virus, que es el ARN con el que se reproduce, queda desprotegido y pierde la capacidad de infectar. De manera que los jabones tienen la capacidad de destruir a los virus.

Todos podemos colaborar. Si te lavas bien no solo te proteges sino que ayudas a acabar con el coronavirus.