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Ante la escasez de agua, soluciones creativas

Ante un mismo problema, ¿cuántas soluciones hay? Pues tantas como nuestra creatividad y la tecnología disponible nos permitan.

Muchos países, por su situación geográfica y climatología, sufren periódicamente episodios de sequía. Si a este fenómeno natural le añadimos los efectos derivados del cambio climático, las situaciones de déficit hídrico a las que se tiene que hacer frente serán cada vez más complicadas de manejar.

Por eso, desde hace años, se están llevando a cabo diversas medidas que buscan reducir las necesidades de agua, sobre todo en el sector agrícola que es el que mayor demanda de agua genera (según la FAO la agricultura es responsable del 70% de las extracciones de agua dulce).

El riego por goteo, la reutilización de aguas residuales para el riego, el uso de cultivos con menos necesidades hídricas o con mayor resistencia a la sequía son sólo algunas de las medidas puestas en marcha.

Gracias a las nuevas tecnologías, están surgiendo nuevas formas de optimizar los recursos hídricos en la agricultura que facilitan la toma de decisiones de los agricultores. Un ejemplo de ello es el sistema inteligente Smart-Hydro, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. Este proyecto contempla la colocación de sensores y teledetección con drones en los terrenos agrícolas.

Con los sensores, colocados a distintas profundidades del suelo, se obtiene información muy precisa y en tiempo real de las necesidades hídricas del cultivo, así como la cantidad y calidad de agua existente a nivel de raíz. Los drones por su parte, complementan la información recogida por los sensores ya que recopilan gran cantidad de datos de amplias zonas en un tiempo muy reducido.

Nunca los cultivos habían estado tan monitoreados. Smart-Hydro también permite obtener datos meteorológicos a lo largo del ciclo del cultivo, calcular la huella hídrica o de carbono de la explotación agrícola y el índice de estrés hídrico.

Con toda esta información, el agricultor podrá definir entre otras cosas, el riego exacto en cantidad y tiempo para cada zona de su parcela agrícola.

Existen otras opciones que en lugar de fijar su atención en la optimización del agua, lo que buscan es romper el lazo de dependencia de las fuentes de agua tradicionales, ríos y lagos, para la obtención de agua potable ¿Cómo? Extrayéndola de la atmósfera.

Es el caso de la máquina fresh water, creada por expertos en tecnología y diseño. El sistema, capta las partículas de agua atmosférica, las condensa, y purifica. La máquina puede producir entre 10 y 30 litros de agua al día.

Un sistema más sencillo, es el proyecto de torres Warka Water, del diseñador italiano Arturo Vittori. Estas torres, hechas de bambú y plástico biodegradables, son capaces de recoger el agua de lluvia, niebla y rocío y almacenarla en un tanque. El diseño está inspirado en un árbol etíope, y su instalación, manejo y mantenimiento son muy sencillos. Mira en este vídeo su funcionamiento.

Está claro, ¡en situaciones adversas el ingenio se agudiza!