¿Te gustaría abordar una unidad didáctica desde una perspectiva distinta? ¿Quieres fomentar la creatividad en el aula? ¿Apuestas por que tus alumnos aprendan por si solos y motivados?
Si has respondido que sí a todas las preguntas, está claro, Design Thinking es tu método. Esta metodología de trabajo, originaria del mundo del diseño de producto, se utiliza para generar ideas innovadoras y dar respuesta a las necesidades reales de los participantes.
Este proceso creativo se desarrolla en 5 etapas: empatiza, define, idea, prototipa y testea. El objetivo es lograr responder a 3 preguntas: ¿Por qué hacerlo? ¿Cómo hacerlo? ¿Qué hacer?
A través de estas 5 fases, y dentro del marco de trabajo que definas, los alumnos identificarán y comprenderán las necesidades o deseos a los que habría que dar solución, concretarán y definirán cuáles aportan valor real y propondrán diversas ideas para cubrir esas necesidades. Finalmente diseñarán el prototipo de una de las ideas y verificarán si cumple con su objetivo o es necesario aplicar mejoras.
Que tenga esta estructura no significa que sea lineal, pues el método es abierto y permite avanzar o retroceder en el proceso siempre que sea necesario. Esta metodología, además, implica que el ambiente de trabajo sea lúdico y distendido para dar rienda suelta a la creatividad de los alumnos. Por ello, en cada una de las etapas se aplican dinámicas y técnicas muy visuales que obligan a trabajar no solo el lado analítico sino el creativo, teniendo como resultado soluciones innovadoras y reales.
Si deseas practicar Design Thinking en tu aula, aquí tienes más información para arrancar. ¡Seguro que te sorprenderán los resultados!